La Villa de Planes es, con toda certeza, uno de los pueblos más pintorescos de la provincia de Alicante. Se asienta a los pies de un castillo musulmán,
Barranco de la Encantada. La zona sorprende por su increíble riqueza acuífera, por sus famosas plantaciones de cerezos, olivos y almendros, y por su exuberante vegetación. La entrada al Barranco de la Encantada está flanqueada por cerezos, que conforman un verdadero espectáculo para los sentidos. No en vano, Planes, una localidad agrícola por tradición, es conocida como la capital de la cereza, con un fruto tan exquisito que se lo disputan alemanes, franceses y holandeses, quienes compran el 90 por ciento de la producción. Tras la plantación de cerezos, empezamos a divisar la entrada al barranco. Sus gigantescas rocas cuajadas de pino mediterráneo indican que entramos en la fecunda Sierra del Cantalar, un increíble paraje del que el botánico y naturalista valenciano Antonio José Cabañillas empezó a escribir ya en el siglo XVIII. un paraje de leyenda. El Barranco, con una extensión superior a las 70 hectáreas, limita con el río Serpis, con Planes de la Baronía y con el Monte de Hombría de Beniarrés. Avanzando por el camino llegamos a una gran roca y, tras ella, encontramos a la derecha la bajada a la cascada el Gorg del Salt. El lugar destila magia y es comprensible que de aquí saliera la leyenda de la Encantada. La historia habla sobre una dama que los sarracenos, antes de ser expulsados, secuestraron y encantaron para que custodiara el tesoro que escondieron en una cueva del barranco. Cuenta la tradición que la dama solo sale una vez cada cien años, para volver a ocultarse esa misma noche. Por unas empinadas escaleras, descendemos al Gorg del Salt, que impresiona por su enorme pared y su potente caída de agua. Es ideal para disfrutar de un magnífico baño bajo su majestuosa cascada. Retomamos las escaleras, casi excavadas en la roca,
macasesa:
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