Paseando por la villa de Anna apreciamos la huella musulmana en sus estrechas callejuelas, así como la devoción cristiana en las imágenes de santos que aparecen en las fachadas de las casas. Construcciones árabes de época medieval que conviven con edificios religiosos, arquitecturas rústicas y arqueología industrial ligada a los cursos de agua, que hacen de Anna un variado paisaje arquitectónico.